Enrique Hernández Pérez y su mundo geométrico, mágico y simbólico
Enrique Hernández Pérez en su taller, Roma, Italia |
Enrique Hernández Pérez, artista larense (Barquisimeto, 1951), estudió en la Escuela de Artes Plásticas "Martín Tovar y Tovar" de Barquisimeto (1969-1972), en una época cuando tratábamos de realizar un arte con un lenguaje más contemporáneo y donde la búsqueda de una expresión latinoamericana fue el norte de casi todos los que allí estudiábamos bajo la dirección del artista Simón Gouverneur y la poeta Beatriz Viggiani.
Fueron tiempos de discusiones y confrontaciones, de reflexiones y de atrevimientos, que dió su fruto en la plástica larense. Indagar en nuestras propias entrañas, en lo profundo y telúrico de nuestras culturas primigenias y en las expresiones populares y sincreticas de nuestro pueblo mestizo, indovenezolano y afrodescendiente, volteando la mirada hacia la América nuestra, más que hacia Europa, indagar todos los días en lo ontológico y en lo fenomenológico del pensamiento nuestro americano, descubrir el sistema semiológico de nuestros códigos para la realización de un lenguaje plástico, cada día más cercano a nosotros mismos, revisando a la vez, los códigos del arte contemporáneo europeo, como otra herencia. Fue la gigantesca tarea propuesta con pasión y convicción para descubrirnos en el Ser Latinoamericano.
"Juego en tablero azul" |
Su búsqueda inicial, basado en los diseños de la cestería y petroglifos de los pueblos indígenas de la Amazona venezolana, y en los diseños gráficos de la cerámica de la Región arqueológica de Quíbor en el Estado Lara, lo lleva al uso de colores ocres, tierras y líneas en grecas, que le permitió recrear plásticamente todo un mundo basado en una pintura geométrica, que le ha dado una sólida raíz expresiva y que permanece hoy alimentando su trabajo gráfico y pictórico.
"Símbolos referentes de una cultura" |
”COSTADO INDIO: Sobre poesía indígena venezolana
y otros textos”.(Gustavo Pereira. Editorial Fundación Biblioteca Ayacucho, Caracas, Venezuela, 2001).
Gustavo Pereira |
Ha recibido algunos reconocimientos, entre ellos, el Premio Joven Poesía de la Universidad Central de Venezuela (UCV, 1965), el Premio Municipal de Poesía de Caracas (1988), el Premio Fundarte de Poesía (1993), el Premio de la XII Bienal Literaria José Antonio Ramos Sucre (1997) y el Premio Nacional de Literatura de Venezuela 2001. En 2008, la 5a edición del Festival Mundial de Poesía fue dedicado a este poeta.
Entre sus mas de 30 obras publicadas tenemos: Preparativos del viaje, 1964; El interior de las sombras, 1968; Los cuatro horizontes del cielo, 1970; Poesía de qué, 1971; Libro de los Somaris, 1974; Segundo libro de los Somaris, 1979; El peor de los oficios, 1990; La fiesta sigue, 1992, Escrito de salvaje, 1993; Costado indio, 2001; Los seres invisibles, 2005.
“Ser poeta latinoamericano hoy es un estado de conciencia”
Gustavo Pereira
COSTADO INDIO es uno de esos pocos libros escritos por un poeta, donde no solo presenta su propia poesía, sino que también “revela su inclinación por la sensibilidad y el ritmo del poema indígena”. Así nacen los “Eremuk”, poemas cortos a la manera del canto pemón, como un homenaje a ese pueblo de la Gran Sabana, escritos de manera bilingüe pemón-castellano, y que deja ver toda la sensibilidad a traves de hermosas metaforas, en un eterno acercamiento a su raiz indigena:
Toronkán daí Toronkán daí
Toronkán daí En tiempos de vientos fuertes
Chintö tesán Los que están allá
Etek n-epuná-san Los enseñados por la piedra
Sané Ciertamente
Sané A la verdad
U-n-apömasán yamó Estos son llamados por mi
Sörö-warö Ahora
Kapuí viyú yaí to etöpö Se fueron con la luz de la luna
Sörö daú. En este díaYuro ad-avachirú Yuro ad-avachirú
Tukarö chiricö temotasén pa it-chirön-ta Por todas las estrellas fugaces y su chisporrotear
Tukarö aimutún it-ekú.yöiton poró Por todos los arboles que tienen su jugo blanco
Katurú. yepoí Katurú.donó Sobre las nubes Bajo las nubes
Ka-verek yepoí Etinka donó Sobre las calinas Bajo el retumbar del trueno
I-kaí vinu Pu-yaí vinu Paraú. ratoí po Aguas arriba Aguas abajo
Wei epaka vinu tuteí Caminando hacia la salida del sol
Dereta pairö chia pairé Hacia la medianoche o más allá
Apötöpök e´daik. Yo te amo
Pereira nos entrega también en este libro, un estudio de la poesía, mitos y otras expresiones literarias de los pueblos indígenas que habitan hoy en la región amazónica de Venezuela, mostrándonos “sus estudios sobre la metáfora y el símbolo, la reiteración del verso y, sobre todo, el sentido de la poesía, en tanto que expresión viva y cotidiana en esos pueblos,” en “esa otra sensibilidad, soslayada tradicionalmente, cuya lógica y estética nos comunica con otra forma de aprehender la realidad, lejana a nuestra lógica aristotélica, eurocéntrica y occidental, pero que también subyace en la conformación de nuestro imaginario latinoamericano”
Al final de este libro, el poeta realiza un acucioso y crítico ensayo de esta “América amaestrada” que se expresa en el pensamiento de una sociedad criolla que ha “heredado los prejuicios etnocéntricos y racistas del colonizador”, revelando esa cultura del pensamiento colonizado que aún hoy persiste en muchos nacidos y nacidas en estas tierras, expresados en una conducta casi irracional, intolerantes, racistas y con una carga de prejuicio que les cubre el alma y el entendimiento, como una gruesa costra. ( El pasado viernes 1 de febrero, casi fui testigo en una clase de “doctorantes de Cultura Latinoamericana y del Caribe” en la Universidad Pedagógica de Barquisimeto, de esa actitud de pensamiento colonizado, con un intento de "linchamiento intelectual" por parte de enardecidos "doctorantes" con el apoyo tacito del Doctor responsable de la catedra, que se negaban a aceptar lo expuesto por un grupo que exponian nuestro origen indigena y la riqueza que ello ha significado para el Ser Latinoamericano y esta "raza cosmica" de la que hablaba Vasconcelos.)
”COSTADO INDIO: Sobre poesía indígena venezolana y otros textos” es un libro de fundamental lectura y estudio para conocer y comprender nuestro Ser Latinoamericano. De venta en todas las Librerías del Sur. Recomendamos su lectura.
La vuelta al origen: ser uno mismo y el todo social, una búsqueda artística necesaria.
”Cuando el hombre se sintió solo en el paisaje primordial de la prehistoria, acomodo su vida con monumentos creados con las piedras y recursos de que disponía. Aquel mundo silvestre y elemental tenia por escenario la vastedad misma de la tierra y los confines del cielo, las estrellas y el cosmo. Y con ellos se comunicaba: las piedras del santuario megalítico de Strnehenge, están dispuestas en homenaje al sol, de tal manera que el eje coincide con el punto de la salida del sol, en el día mas largo del verano y del año. Casi cuatro milenios mas tarde, el hombre ya no vive en tan esplendidos tratos con el universo y se ha convertido en otra cosa. En animal de ciudad.
También en Venezuela el hombre de las primeras eras manejo lenguajes con el universo. Hundió las manos en arcilla y plasmo efigies de dioses y entes terrenos. Grabó el signo y la imagen en la piedra. Reprodujo en tejidos de fibras y tintas naturales la mínima arquitectura de la geometría rigurosa, como versiones decantadas de los pulsos orgánicos. Si hay algo en común en las culturas autóctonas y en las que vinieron con calor y con cantos del África, es la unión comunitaria en la misma trama vital: cada uno era él mismo y el todo de la sociedad. El conquistador trajo de Europa credos y dogmas, tal vez más fuertes que las armas y el aniquilamiento, porque ya no habría más un “nosotros”. Toda nuestra historia, desde entonces, es, deberá ser, el esfuerzo por conseguir la solidaridad total de pueblo, que solo la conciencia de la identidad cultural podrá devolvernos”.
(Roberto Guevara. “Arte para una nueva escala”, Editado por Maraven, Caracas, Venezuela, 1978)
Miguel Granado-Troconis
Artista Plástico / Lic. en Artes Plásticas
artegranado@gmail.com
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