sábado, 18 de mayo de 2013

8vo Encuentro: Nuestro pensamiento filosófico latinoamericano y las artes de Lara; Visual y Contemporanea

Lara, visual y contemporánea fue el nombre de la muestra plástica que 14 artistas larenses mostramos desde el 10 de mayo hasta el 10 de junio de 2013 en el Centro para las Artes "Arturo Michelena" de la Fundación Banco Industrial de Venezuela en Caracas. 
Mostramos el texto de presentación escrito por Maria Elena Diaz Carmona y algunas fotos de la exposición  y piezas que allí estuvieron.




Lara, visual y contemporánea constituye una variada convivencia de propuestas. Referencian hitos históricos, rupturas, persistencias. En Lara lo contemporáneo irrumpe a principios de la década del setenta del siglo XX, como alternativa y como contrapropuesta al lenguaje de la modernidad con el cual han querido definir lo esencial de la plástica larense, como lo es el tratamiento naturalista del paisaje con algunos visos de impresionismo, en algunos casos logrado con acierto. Romper ese paradigma que pudiera pesar como tradición insustituible es búsqueda común de estos artistas que actualmente se presenta en el Centro para las Artes “Arturo Michelena” de la Fundación Banco Industrial de Venezuela en Caracas.


Izq. 4 obras de Enrique Hernandes Perez y a la derecha 2 obras de Pablo Perez (Foto Katherin Chacon)


Obra de Henrri Gil Guaido
Con esos autores pudiéramos hacer un recorrido histórico de los últimos cuarenta años de la plástica larense, si asumiéramos un enfoque generacional en cuanto a su momento de emergencia, su escuela de formación y su proceso de investigación. Lo interesante de todos ellos se desplaza de lo meramente histórico – cronológico y se ampara en su necesidad permanente para navegar las inquietudes de una investigación particular a partir de una noción de lo contemporáneo. Ocho de los artistas que participan comparten la coincidencia formativa dentro de la Escuela de Artes Plásticas de Barquisimeto dirigida por el artista Simón Gouverneur entre 1969 y 1973, quien definitivamente impulsa la indagación de la producción plástica desde una vitalización  de las culturas primeras de América  y con la noción de que cada señal que el mundo provee es algo más que geografía natural, es acaso un paisaje valorado desde el mito y la magia, desde la síntesis y la esquematización, desde la ecología como reunión de los saberes ancestrales y las realidades y angustias actuales. Es éste el mayor legado de Simón Gouverneur en Lara, abrir las compuertas para que un grupo de artistas asumieran la representación visual, consientes  de las perspectivas de los saberes ancestrales, pues definitivamente ya no se intentará realzar el follaje vegetal o serle fiel a la línea del horizonte de manera realista, sino llegar a la hoja, a la piedra, al cielo, destacando el papel de ese elemento dentro del sutil entramado de la particularidad socio-histórica, intentando expresar el ser latinoamericanos, tocados con el signo de los medios y materiales contemporáneos. 
"Las Turas" de Roseliano Garcia

Esos ocho creadores visuales (David Escobar, Miguel Granado-Troconis, Roseliano García Soto, Rodrigo Rodríguez, Enrique Hernández Pérez, Henrri Gil Guaidó, Luís Galindez y Pablo Pérez), han transitado más de cuarenta años en la plástica, formados e instalados en Lara, aunque algunos no  hayan nacido allí. Los otros seis creadores (Manuel Antonio Rivero, Joel Pacheco Cuello, Yajaira Sánchez, Luis Eduardo Rodríguez, Oscar Pernía Bracamonte y Rafael Reyes) también se forman en la Escuela de Artes de Barquisimeto, pero unos en los ochenta y otros en los noventa de finales del siglo XX. Ellos transitaron el camino de ruptura de los anteriores como si fuesen los primeros; porque la generación formada por Gouverneur, quedó sumida en una especie de suspenso que se reactivó desde inicios de los noventa. 

Constituyen cada uno, una senda de indagación, en cuanto a los medios y los materiales, lo inquietante de las motivaciones culturales, lo conscientes de su destino como irrupción frente a la tradición académica naturalista que todavía impacienta a unos cuantos, por estos lares.
Las obras que hoy se muestran, constituyen, pues, un acumulado de rupturas que se reinventan, planteándose búsquedas y mostrando los logros conseguidos. 
"Las Venas de El Potosí" de Miguel
 Granado Troconis


Dentro de este grupo, delimitaremos varios intereses, el primero la reflexión sobre la circunstancia tempo-espacial, en la cual su subjetividad se expresa como espiritualidad o sensibilidad, como creencia o como causa. La cultura se convierte en terreno que les preocupa y esperanza, convirtiendo esta reflexión en un cuerpo plástico que indaga materiales, técnicas y escenificaciones de lo real: Henrri Gil Guaidó, David Escobar, Miguel Granado-Troconis, Roseliano García Soto, Manuel Antonio Rivero, Luís Galindez, Joel Pacheco Cuello y Rodrigo Rodríguez incorporan objetos, yuxtaponen materiales, fibras naturales, insertándose en alguna de estos caminos: el sentido ecológico, la filiación mágica-telúrica y/o el encuentro simbólico. Sus obras contienen sugerencias, una recreación por síntesis o por análisis de los elementos del paisaje, a través de diversos recursos compositivos, en ellos persiste la esquematización de las formas, el reconocimiento étnico de los pueblos originarios, especie de lirismo devenido desde una percepción de la naturaleza que la sabe sagrada y eterna, origen y destino, que plásticamente genera atmósferas y planos, con el manejo de transparencias que bien pueden insinuar campos de agua, horizontes de luz, tierras saturadas de inocencia.
Obra de Manuel Rivero

Partiendo de la las mismas preocupaciones y objetos de interés Pablo Pérez complementaría este grupo, en los cuales  persiste la esquematización y síntesis de las formas, en su caso trabaja como acumulación y reiteración. Igualmente Enrique Hernández Pérez se acerca a estas indagaciones, menos lírico en el trazo o el manejo de pigmento, su obra está plena de conjunciones y alfabetos iconográficos resueltos como una totalidad susceptible de múltiples lecturas; sus formas y planos cromáticos se convierten en una cartografía de lo hibrido y heterogéneo de la realidad actual y de la memoria que persiste. 

La otra línea indagatoria enfatiza su amor por los elementos plásticos y la posibilidad expresiva que ellos le ofrecen, arraigados más en la exploración de lo perceptible, de las tramas y planos que se entrecruzan, de las calidades del color y/o el valor, de las infinitas posibilidades que brinda el espacio bidimensional, de un rigor en el manejo de sus recursos expresivos y técnicos que sin embargo no se convierten en fría abstracción, sino más bien en un gustoso fluir. Así se presentan Yajaira Sánchez, Luis Eduardo Rodríguez y Oscar Pernía Bracamonte.
Izq. 3 obras de Oscar Pernia, al centro 2 obras de Yajaira Sanches y dereccha 1 de
Luis Rodriguez.
 (Foto de Katherin Chacon)


Obra de Rafael Reyes
Rafael Reyes, por último, se planta ante la realidad visual, con una singularidad figurativa asociada a corrientes artísticas de gran impacto como el pop, su obra logra contener una especie de ritualismo, resuelto con objetos producidos en masa, despersonalizados y anónimos, combinados como nuevos calendarios o tótems.

He aquí pues un compendio de la obra que actualmente realizan estos creadores, entre el antiguo  ritual y el cosmopolitismo, entre las formas plásticas como mundo de percepciones, y, como síntesis de un muy antiguo mar que alguna vez cubrió esta tierra.



Obra de Luis Rodriguez


Obra de Yajaira Sanchez




Ponencia y reflexiones sobre el libro "El pensamiento filosófico latinoamericano, del Caribe y "latino" (1300 - 2000)"

Enrique Dussel y Edgar Montiel hablando sobre el libro EL PENSAMIENTO FILOSÓFICO LATINOAMERICANO, DEL CARIBE Y "LATINO" (1300 - 2000), el 14 de noviembre de 2012 en el Paraninfo Universitario, Zona 1, Ciudad de Guatemala durante el III Congreso Centroamericano de Filosofía.


Ponencias de Edgar Montiel (Izq.) y Enrique Dussel 




El pensamiento filosófico latinoamericano, del Caribe y “latino” (1300-2000): historia, corrientes, temas, filosofos. Enrique Dussel (Editor), Eduardo Mendieta (Editor), Carmen Bohórquez (Editor), 1111 páginas, Siglo XXI Editores, Mexico, 2011

Esta obra fue proyectada, más que como un libro, como el inicio de un movimiento filosófico continental. Es decir, los autores de las contribuciones tienen conciencia de que la tarea que han asumido es de tal envergadura que no pueden sino cumplirla parcialmente. Los trabajos a todo lo largo y ancho de toda la región latinoamericana sobrepasan a los especialistas de la historia o de temas expuestos en el orden nacional. Cuando debe abordarse la temática tal como lo exige una obra sobre la filosofía latinoamericana, se encuentran dificultades tales como la falta de bibliotecas especializadas en este tema regional, de especialistas que hayan tratado los temas, de que se hayan estudiado suficientemente los asuntos para poder instaurar diversas hipótesis que permitan fecundos debates. Todo comienza entonces por obtener los materiales bibliográficos y temáticos necesarios. Esto no se logra en corto tiempo: exige años de perseverancia en los que los autores se dan cuenta de los límites de la empresa. Por ello, mucho más que el lector, son los mismos editores y autores de esta obra los que tienen conciencia de que solo se ha iniciado la extracción de un precioso metal de una rica mina casi inexplorada en su conjunto. 

Miguel Granado-Troconis
Artista Plástico / Lic. en Artes Plásticas 
artegranado@gmail.com